lunes, 7 de marzo de 2011

Sobre España y los huevos.

La lacra de la sociedad española son los humoristas, que hacen elogio de nuestra actitud de cobarde con la boca grande. Y lo que hacemos en nuestra vida no es más que quejarnos, echar balones fuera, y no quejarnos. Nos faltan huevos. Y si los cómicos hacen burla de ello, nos reímos y lo aceptamos, "somos así". Pero al menos yo, que pienso que aceptarse a uno mismo tal y como es no es siempre la mejor opción, puedo alejarme y ver con ojo crítico lo que pasa. Y precisamente lo malo es que no pasa nada. Llevamos años, en este país, sufriendo unas cuantas razones de suicidio:
- Un partido de izquierdas que supuestamente ayuda a los trabajadores. Pero vamos a ver, ¿quién coño trabaja en España? Lo peor es que no todos somos tan vagos, es decir, que los no vagos son los ricos. Osea que la españa lógica, los españoles que tienen algo de sentido común, están tan hasta arriba de dinero que no influyen en la política, porque cualquier sueldo decente vale más que la dedicación política. El gobierno de España es corrupto e inútil. Y luego decimos "Zapatero, haz algo". Y seguimos a lo nuestro. No estamos dispuestos ni siquiera a renunciar a nuestro trabajo de economía sumergida mientras cobramos el subsidio de paro, por supuesto, para realizar una huelga en condiciones. Sí, nos faltan huevos.
- Unas leyes de dudosa moralidad y que necesitan un amplio debate público, que nos son impuestas sin votación alguna excepto la de los partidos mayoritarios. Vamos a ver, ¿somos gilipollas? No, porque estoy estudiando una carrera y si resulta que yo también soy subnormal, pues me meto al narcotráfico y dejo de perder el tiempo. Pero bueno, como no soy una familia de gitanos ni una adolescente embarazada, las leyes que no me afecten me resbalan. Egoísmo del malo es lo que tenemos aquí, en lugar de, como mencioné anteriormente, huevos.
- Unos precios abusivos por parte de las compañías aéreas, de la luz y del gas, de las estaciones de servicio (por si acaso: gasolineras), de las compañías telefónicas (es decir, Telefónica), de los talleres de reparación, de la SGAE, de la vivienda, del transporte público... La lista sigue, pero no estamos dispuestos a plantarle cara a nuestra empresa, que también cobra precios abusivos, porque estamos muy cómodos en nuestro "puesto" de funcionario en el bar, o en nuestra oficina esperando a que nos echen para cobrar la indemnización. Sí, nos faltan huevos.
- Una educación, ante todo, deprimente. Pero también cara, muy cara, y vendida al mercantilismo. Podría dar datos como que el 31,9% de los jóvenes no acaban sus estudios de secundaria, pero no quiero deprimiros. Al contrario, animo a todo aquel que lea esta parrafada, a que continúe sus estudios, a que aspire tener una educación decente, aunque se venda al sistema, aunque sea por la estúpida sensación de creerse mejor que ese 31.9%. Aunque pensándolo bien, quien no haya acabado la ESO, dudo que sepa lo que es un blog (toma generalización vasta).

Y sufriendo estas razones de suicidio, vivimos en ellas, nadamos en nuestra mierda, y lo que es peor: como quien está orgulloso de ser del Málaga C.F. porque es un equipo mas bien malo, y pone su orgullo ante su raciocinio para defenderlo*; nosotros estamos orgullosos de nuestra mierda. Quiero decir, ¿en qué universo, bajo la mirada de desaprobación del Señor, puede existir un español patriota? ¿Patriota porqué? Es posible que nos falte algo más aparte de huevos. Es probable que hayamos perdido el pensamiento. ¿Acaso lo tuvimos alguna vez?

*Sobre la actitud "ultra" y el absurdo de el enorgullecimiento de la pobredumbre, diré algo más adelante.

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