sábado, 30 de noviembre de 2013

A Brave New World.

Seríamos más felices en un mundo en que hubiera menos gritos de dolor y más voces desgarradas de soul. Seríamos más felices, pero, en realidad, lo que quiero decir es que el mundo sería un lugar mejor. Si cambiáramos la inanición por el hambre de sabiduría, y la avaricia de poder y dinero por la ambición de paz y amor.

Sería yo más feliz si te tuviera ahora entre mis brazos, pero esos son otros temas que sólo me hacen feliz a mí. Y yo no importo, el mundo sigue siendo feliz sin mí. Excepto mi mundo, claro, ellos, y ellas, sobre todo ellas, y aquellos también, sí, aquellos, los que ya no están pero siguen ahí, los que se hicieron inmortales al irse al otro mundo y dejar un legado grandioso tras de sí. Wilde, Whitman, los Beatles, Huxley, en fin, visionarios del amor y de la libertad. Los llamo visionarios, es curioso, como si pudieran ver el futuro, cuando realmente lo que han hecho es captar la esencia eterna del Tao, sintonizarse con el flujo del universo espiritual y comprender, aprehender, casi grabarse a fuego las enseñanzas del Ser. El Ser sólo puede transmitirse en metáforas, canciones, poemas... por eso estos cuatro nombres tienen un lugar privilegiado en mis enseñanzas vitales. El Ser es lo que no puede ser nombrado, lo que sostiene el iceberg, y el iceberg, bueno, en fin, es lo que vemos, ¿no?, lo que sale a flote, nada más...

Dejo una serie de obras de estos cuatro grandes, que son los primeros que se me han venido a la cabeza al pensar en el mensaje que quería transmitir, lo cual no quiere decir que en ellos haya leído o escuchado a los mejores sino que, al escucharlo, he escuchado algo.

Whitman.

Creo que podría volverme a vivir con los animales.

¡Son tan plácidos y tan sufridos!
Me quedo mirándolos días y días sin cansarme.
No preguntan,
ni se quejan de su condición;
no andan despiertos por la noche,
ni lloran por sus pecados.
Y no me molestan discutiendo 
sus deberes para con Dios...

No hay ninguno descontento,

ni ganado por la locura de poseer las cosas.
Ninguno se arrodilla ante los otros,
ni ante los muertos de su clase 
que vivieron miles de siglos antes que él.
En toda la tierra no hay uno solo 
que sea desdichado o venerable.

Me muestran el parentesco que tiene conmigo,

parentesco que acepto.
Me traen pruebas de mi mismo,
pruebas que poseen y me revelan.
¿En dónde las hallaron?
¿Pasé por su camino hace ya tiempo
y las dejé caer sin darme cuenta?

Camino hacia delante, hoy como ayer y siempre,

siempre mas rico y mas veloz,
infinito, 
lleno de todos 
y lo mismo que todos,
sin preocuparme demasiado 
por los portadores de mis recuerdos,
eligiendo aquí solo a aquel que más amo 
y marchando con él en un abrazo fraterno.

Este es un caballo ¡Miradlo!

Soberbio,tierno,sensible a mis caricias,
de frente altiva y abierta,
de ancas satinadas,
de cola prolija que flagela el polvo,
de ojos vivaces y brillantes,
de orejas finas,
de movimientos flexibles...

Cuando lo aprisionan mis talones, 

su nariz se dilata,
y sus músculos perfectos tiemblan alegres 
cuando corremos en la pista...
pero yo solo puedo estar contigo un instante.
Te abandono, maravilloso corcel.
¿Para qué quiero tu paso ligero
si yo galopo mas de prisa?
De pie o sentado, corro más que tú.

Whitman, Walt, "Creo que podría volverme a vivir con los animales". En Hojas de hierba, capítulo Canto a mí mismo.


Huxley.


- Aldous Huxley [...] acaba de terminar una serie de ensayos llamados Enemigos de la libertad, en el que bosqueja y define algunas de las amenazas a nuestra libertad en los Estados Unidos, y señor Huxley, directo al grano, déjeme preguntarle esto: según su punto de vista, ¿quién y qué son los enemigos de la libertad aquí en los EEUU?

- Bueno, no creo que usted pueda decir quién en los Estados Unidos, no creo que hayan sido unas personas siniestras tratando de robar, deliberadamente, su libertad. Pero sí creo que hay, ante todo, unas fuerzas impersonales que nos llevan cada vez más en una dirección de menor y menor libertad. Y también creo que hay un número de dispositivos tecnológicos que, quien quiera que los desee utilizar, los puede utilizar para acelerar este proceso de alejarnos de la libertad, imponiendo control.

Entrevista a Aldous Huxley: La dictadura científica (1976).

Wilde.


Arguments are to be avoided; they are always vulgar and often convincing.

We live in an age when unnecessary things are our only necessities.

Nowadays people know the price of everything and the value of nothing.

Lennon.

If everyone demanded peace instead of another television set, then there'd be peace.

I believe in everything until it's disproved. So I believe in fairies, the myths, dragons. It all exists, even if it's in your mind. Who's to say that dreams and nightmares aren't as real as the here and now?

Reality leaves a lot to imagination.


Man is least himself when he talks in his own person. Give him a mask, and he will tell you the truth.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Todo nombre tiene un precio, un esfuerzo.

No hay vida                       sin palabras
porque toda palabra              tiene vida
si la vida vivida        no labra la palabra
no es vida vívida ni está viva la palabra.

martes, 5 de noviembre de 2013

Innombrable.

Ay, a la mierda las palabras. Sabemos tu y yo que 
l'essentiel est invisible aux yeux, et qu'on ne voit qu'avec le coeur. 
Y que los momentos, los de verdad, son inefables,
y todo río de tinta es en vano
y en vano morirá en el mar.

Qué fue de los cantautores

Éramos tan libertarios, 
casi revolucionarios, 
ingenuos como valientes, 
barbilampiños sonrientes 
—lo mejor de cada casa— 
oveja negra que pasa 
de seguir la tradición 
balando a contracorriente 
de la isla al continente 
era la nueva canción.
Éramos buena gente, 
paletos e inteligentes, 
barbudos estrafalarios, 
obreros, chicos de barrio, 
progres universitarios, 
soñando en una canción 
y viviendo la utopía 
convencidos de que un día 
vendría la Revolución.
Aprendiendo a compartir 
la vida en una sonrisa, 
el cielo en una caricia, 
el beso en un calentón. 
Fuimos sembrando canciones 
en esta tierra baldía 
y floreció la poesía 
y llenamos los estadios 
y en muchas fiestas de barrio 
sonó nuestra melodía.
Tardes y noches de gloria 
que cambiaron nuestra historia. 
Y este país de catetos, 
fascistas de pelo en pecho, 
curas y monjas serviles, 
grises y guardias civiles, 
funcionarios con bigote 
y chusqueros de galón, 
al servicio de una casta 
que controlaban tu pasta 
tu miedo y tu corazón.
Patriotas de bandera, 
españoles de primera, 
de la España verdadera 
aquella tan noble y fiera 
que a otra media asesinó 
brazo en alto y cara al sol 
leales al Movimiento 
a la altura y al talento 
del pequeño dictador 
que fue Caudillo de España 
por obra y gracia de Dios.
Toreando en plaza ajena 
todo cambió de repente 
los políticos al frente 
de comparsa y trovador. 
Se cambiaron las verdades: 
"tanto vendes tanto vales". 
Y llegó la transición: 
la democracia es la pera. 
Cantautor a tus trincheras 
con coronas de laureles 
y distintivos de honor 
pero no des más la lata 
que tu verso no arrebata 
y tu tiempo ya pasó.
¿Qué fue de los cantautores? 
preguntan con aire extraño 
cada cuatro o cinco años 
despistados periodistas 
que nos perdieron la pista 
y enterraron nuestra voz. 
Y así van para más de treinta 
con la pregunta de marras 
tocándome los bemoles. 
Me tomen nota señores 
que no lo repito más:
algunos son diputados, 
presidentes, concejales, 
médicos y profesores, 
managers y productores 
o ejerciendo asesoría 
en la Sociedad de Autores. 
Otros están y no cantan, 
otros cantan y no están. 
Los hay que se retiraron, 
algunos que ya murieron 
y otros que están por nacer.
Jóvenes que son ahora 
también universitarios, 
obreros, chicos de barrio 
que recorren la ciudad. 
Un CD debajo el brazo, 
la guitarra en bandolera, 
diez euros en la cartera, 
cantando de bar en bar. 
O esos raperos poetas 
que es su panfletos denuncian 
otra realidad social.
¿Y mujeres? ni se sabe. 
Y sobre todo si hablamos 
de las primeras gloriosas 
que tuvieron los ovarios 
y el coraje necesarios 
de subirse a un escenario 
de aquella España casposa.
¿Qué fue de los cantautores? 
aquí me tienen señores 
como en mis tiempos mejores 
dando al cante que es lo mío. 
Y aunque en invierno haga frío 
me queda la primavera, 
un abril para la espera 
y un “Grândola” en el corazón.
¿Qué fue de los cantautores? 
aquí me tienen señores 
aún vivito y coleando 
y en estos versos cantando 
nuestras verdades de ayer 
que salpican el presente 
y la mierda pestilente 
que trepa por nuestros pies.
¿Qué fue de los cantautores? 
De los muchos que empezamos, 
de los pocos que quedamos, 
de los que aún resistimos, 
de los que no claudicamos. 
Aquí seguimos, 
cada uno en su trinchera 
haciendo de la poesía 
nuestro pan de cada día.
Siete vidas tiene el gato 
aunque no cace ratones. 
Hay cantautor para rato. 
Cantautor a tus canciones. 
Zapatero a tus zapatos.
Luis Pastor