lunes, 7 de marzo de 2011

Un mundo feliz.

Aldous Huxley nos habla en esta obra, y con gran acierto, acerca de la naturaleza humana. Y no sólamente por perlas como ésta:
"Una de las principales funciones de nuestros amigos estriba en sufrir (en formas más suaves y simbólicas) los castigos que querríamos infligir, y no podemos, a nuestros enemigos".

También tiene un tema de fondo que particularmente adoro, y universalmente se caracteriza por lo hermoso de la complejidad, o la complejidad de lo hermoso: lo divino en lo humano. Lo bello, efímero, que hay en las pasiones. La soledad para disfrutar la compañía. El sufrimiento del desamor para sentir el amor. El dolor, para reconocer el placer. Es algo mágico, sensacional, que llevaba pensando un tiempo, pero nunca lo pude expresar de manera que inundase tan plenamente el alma como lo ha hecho Aldous Huxley.

Para entrar en el tema, ahí va una selección de la dialéctica que llevan a cabo John el Salvaje y Mustafá Mond, en el capítulo XVII.

"La producción en masa exigía este cambio fundamental de ideas. La felicidad universal mantiene en marcha constante las ruedas, los engranajes; la verdad y la belleza, no".

Ésta es la civilización futura:

"podemos ser independientes de Dios. El sentimiento religioso nos compensa de todas las demás pérdidas. Pero es que nosotros no sufrimos pérdida alguna que debamos compensar; por tanto, el sentimiento religioso resulta superfluo. ¿Por qué deberíamos correr en busca de un sucedáneo para los deseos juveniles, si los deseos juveniles nunca cejan? ¿Para qué un sucedáneo para las diversiones, si seguimos gozando de las viejas tonterías hasta el último momento? ¿Qué necesidad tenemos de reposo cuando nuestras mentes y nuestros cuerpos siguen deleitándose en la actividad? ¿Qué consuelo necesitamos, puesto que tenemos soma? ¿Para qué buscar algo inamovible, si ya tenemos el orden social?"

He de señalar mi aprecio particular hacia los símiles que establece la obra:

Por un lado, las similitudes de los personajes con personas reales, y la exposición crítica del pensamiento de éstas a través de aquellos. Archi, cantor de la comunidad, es una figura semi-religiosa basada en Canterbury. Bernard Marx se refiere a Bernard Shaw (uno de los pocos escritores sin censura de la antigüedad) y Karl Marx. Sarojini Engels es una referencia a Friedrich Engels. Y los llamados ejercicios malthusianos en la obra (que son métodos anticonceptivos), hacen referencia, obviamente, a Malthus y su famosa teoría sobre el crecimiento poblacional.

Por otro lado, mientras Huxley ataca el surgimiento de las actitudes socialistas y comunistas, también se opone a la sociedad consumista y capitalista. De hecho, los motivos finales son más fuertes que los anteriores: en la novela, el fundador legendario de la sociedad fue Henry Ford, el desarrollador de autos creador del sistema de la línea de montaje. La letra T (una referencia al Modelo T de Ford) ha reemplazado la Cruz cristiana como un símbolo casi religioso.

También aprecio enormemente las sentencias, las frases categóricas, tajantes, que suponen siempre un punto de vista crítico, aunque con tendencias pesimistas, también alentador, purificador. Como el siguiente:

"Actualmente, cualquiera puede ser virtuoso. Uno puede llevar al menos la mitad de su moralidad en el bolsillo, dentro de un frasco. El cristianismo sin lágrimas: esto es el soma."

Podría escoger todos y cada uno de los versos de este fantástico poema sobre lo humano, para representar la grandeza de Un Mundo Feliz. Me parecía demasiado descabellado destacar algún punto de la obra sobre otro, así que los he escogido rápidamente y casi al azar.

Creo que se puede relacionar en gran medida con mi pensamiento acerca de la diferencia entre belleza y utilidad, al que, tras leer esta obra, creo que merecerá la pena dedicar, al menos, una entrada.

Shakespeare.

Nada, sólo vivir
en el rancio sudor de un lecho inmundo, cociéndose en la corrupción, arrullándose y
haciendo el amor sobre el maculado camastro ...

¡Ella enseña a las antorchas a arder con fulgor!
Y parece pender sobre la mejilla de la noche
como una rica joya en la oreja de un etíope;
belleza excesiva para ser usada;
demasiada para la tierra.

Sobre España y los huevos.

La lacra de la sociedad española son los humoristas, que hacen elogio de nuestra actitud de cobarde con la boca grande. Y lo que hacemos en nuestra vida no es más que quejarnos, echar balones fuera, y no quejarnos. Nos faltan huevos. Y si los cómicos hacen burla de ello, nos reímos y lo aceptamos, "somos así". Pero al menos yo, que pienso que aceptarse a uno mismo tal y como es no es siempre la mejor opción, puedo alejarme y ver con ojo crítico lo que pasa. Y precisamente lo malo es que no pasa nada. Llevamos años, en este país, sufriendo unas cuantas razones de suicidio:
- Un partido de izquierdas que supuestamente ayuda a los trabajadores. Pero vamos a ver, ¿quién coño trabaja en España? Lo peor es que no todos somos tan vagos, es decir, que los no vagos son los ricos. Osea que la españa lógica, los españoles que tienen algo de sentido común, están tan hasta arriba de dinero que no influyen en la política, porque cualquier sueldo decente vale más que la dedicación política. El gobierno de España es corrupto e inútil. Y luego decimos "Zapatero, haz algo". Y seguimos a lo nuestro. No estamos dispuestos ni siquiera a renunciar a nuestro trabajo de economía sumergida mientras cobramos el subsidio de paro, por supuesto, para realizar una huelga en condiciones. Sí, nos faltan huevos.
- Unas leyes de dudosa moralidad y que necesitan un amplio debate público, que nos son impuestas sin votación alguna excepto la de los partidos mayoritarios. Vamos a ver, ¿somos gilipollas? No, porque estoy estudiando una carrera y si resulta que yo también soy subnormal, pues me meto al narcotráfico y dejo de perder el tiempo. Pero bueno, como no soy una familia de gitanos ni una adolescente embarazada, las leyes que no me afecten me resbalan. Egoísmo del malo es lo que tenemos aquí, en lugar de, como mencioné anteriormente, huevos.
- Unos precios abusivos por parte de las compañías aéreas, de la luz y del gas, de las estaciones de servicio (por si acaso: gasolineras), de las compañías telefónicas (es decir, Telefónica), de los talleres de reparación, de la SGAE, de la vivienda, del transporte público... La lista sigue, pero no estamos dispuestos a plantarle cara a nuestra empresa, que también cobra precios abusivos, porque estamos muy cómodos en nuestro "puesto" de funcionario en el bar, o en nuestra oficina esperando a que nos echen para cobrar la indemnización. Sí, nos faltan huevos.
- Una educación, ante todo, deprimente. Pero también cara, muy cara, y vendida al mercantilismo. Podría dar datos como que el 31,9% de los jóvenes no acaban sus estudios de secundaria, pero no quiero deprimiros. Al contrario, animo a todo aquel que lea esta parrafada, a que continúe sus estudios, a que aspire tener una educación decente, aunque se venda al sistema, aunque sea por la estúpida sensación de creerse mejor que ese 31.9%. Aunque pensándolo bien, quien no haya acabado la ESO, dudo que sepa lo que es un blog (toma generalización vasta).

Y sufriendo estas razones de suicidio, vivimos en ellas, nadamos en nuestra mierda, y lo que es peor: como quien está orgulloso de ser del Málaga C.F. porque es un equipo mas bien malo, y pone su orgullo ante su raciocinio para defenderlo*; nosotros estamos orgullosos de nuestra mierda. Quiero decir, ¿en qué universo, bajo la mirada de desaprobación del Señor, puede existir un español patriota? ¿Patriota porqué? Es posible que nos falte algo más aparte de huevos. Es probable que hayamos perdido el pensamiento. ¿Acaso lo tuvimos alguna vez?

*Sobre la actitud "ultra" y el absurdo de el enorgullecimiento de la pobredumbre, diré algo más adelante.