sábado, 19 de enero de 2013

Cabras.

Y creo que ayer encontré el sentido puro del carpe diem. Es el Tao, es el cristianismo, es siempre lo mismo. La felicidad está ahí, ahora, cógela. Atrévete a pensar. Piensa en lo que quieres. Atrévete a quererlo. Ahora hazlo. Sencillo. Jodidamente sencillo, teóricamente. El caso es, que no puedes evitar pensar en no cometer otra vez los mismos errores del pasado. Entonces buscaré qué hice mal. Pero ¿cómo voy a estar pendiente del presente si busco continuamente mis errores del pasado? Vive el presente quiere decir más "pon los pies en la tierra" que "disfruta del día". Quiere decir, no tengas demasiadas esperanzas de la vida -te decepcionará- ni te revuelques en un pasado atormentándote - pues ya lo has aprendido. ¿O no? ¿No lo has aprendido? Eso es porque no estabas lo suficientemente centrado en el presente, en aquel momento. Así que haz que tu futuro esté lleno de vívidos recuerdos sobre este presente. Ese es el sentido del carpe diem.

Solemos cerrar los ojos, Goleman no es tontico cuando dice que ante el dolor hay que abrirlos más. Experimenta el contraste y la pura contradicción vital. Hallamos el placer en el dolor y viceversa, porque todo es uno. Y porque estamos como puñeteras cabras.

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