martes, 9 de octubre de 2012

Soy dueño de mí, cerebro.


Los cielos de montpellier son fabulosos. Tienen ese azul vivo, que apetece mirar y sonreírle. Tiene nubes en 1080p, y en el ocaso del Astro Rey, un naranja ruidoso, escandaloso, chillón. Las noches son iguales allá donde vaya, mi oscuro pasajero me persigue y despierta de noche. Todos los cielos del mundo parecen cerrarse y cabrearse a la vez, tanto que me resulta difícil relativizar y pensar que en otro sitio, o en el mismo sitio a otra hora, es de día. Pero la verdad, no es esto lo que quiero pensar. Esto es negar la realidad. El ser humano es amor y odio, nacimiento y ocaso; así ha de ser también día y noche, y alegría y melancolía. Pero todos los cielos de Montpellier parecen abrirse, sólo para mí y para tí, cuando son las 12, las 2 o las 3 de la mañana. No obstante ahí veo a mi luna, traicionera, bella pero seria, ensimismada, alterada, mi luna lunera, delante tus lunares y arriba las estrellas. Mi vida es un sueño inconcluso, sin sentido final, pero he sentido mi final. Entiendo cada parte de mi
vida, queda entender el todo de ella, la función de cada etapa, el porqué de cada sollozo. Ya no hay miedo a qué pueda descubrir de mí mismo, y me lo repito cada día en un recto intento de desvelar mi esencia. Con todo, sigo apreciado el día después de que pase la noche. Pienso, qué alivio, como si mi mayor miedo fuera que la noche se cerrase eternamente. Quizás tengo suerte de tener miedo a algo que es imposible durante mi existencia. Será ¿simbólico? Para mí la noche representa el cannabis, la ansiedad y el éxtasis físico. Es un estado que se perpetúa en cada droga, has de saber tomártelo con calma, más que calmarte por la fuerza, eso no sirve de nada. Y temo quedarme ahí, que hable ella y no yo, como aquella noche en el parque con Marina, pero no va a pasar. Me he amoldado al conformismo con lo real, ya no necesito basura abstrayente. Viajo por mi mente a velocidad luz, sin barreras sólo acequias, y me muevo al plano acorde al momento. Soy dueño de mí, cerebro.

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