martes, 5 de abril de 2011

Neuroscience

y dime, ¡¿cómo escoger las palabras para decirte que...?!

que el amor es una simple reacción química, que no existe ni el alma ni Dios, sólo el mundo, lleno de cuerpos, hambrientos de placeres y realización personal...

quizás debemos preguntarnos cómo hemos llegado hasta aquí sin darnos cuenta. Quizás debemos preguntarle al Dios de nuestro interior, el único realmente existente, cómo cojones experimentar la tristeza, en lugar de buscar una píldora que la cure. Porque (atención, mundo) no es una enfermedad. Es tan necesaria como la alegría. Dime, progreso, ¿cómo puedo experimentar el dolor de verdad si lo has eliminado?

porque, aunque no tenga ninguna razón para hacerlo, prefiero creer que cuando leo a Gorgias y se me pone el vello de punta, no es por los impulsos eléctricos de mi cerebro sino porque mi alma se eleva. ¿De dónde salen los impulsos que impulsan a los impulsos? Como siempre; la respuesta acertada es un proceso infinito al infinito, porque la nada no es nada, y nunca pudo existir nada antes que algo, luego ese algo que es el universo siempre ha estado ahí.

porque cuando no hay palabras para expresar el amor, no las hay. Ni poemas, ni flores, ni ositos de peluche, sino el más puro e intenso dolor en el fondo del corazón. Si no hay palabras, no las hay.

Y si no, dime, Dios, una sola ley universal del ser humano. Trátame como a un número, y te trataré como a un felpudo.

1 comentario:

  1. El amor es una ilusión, una historia que una construye en su mente, consciente todo el tiempo de que no es verdad, y por eso pone cuidado en no destruir la ilusión
    (Virginia Woolf)

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