jueves, 10 de junio de 2010

Un poco de pesimismo para alegrar el ambiente: aborrece el egoísmo.

Elimina el ego. Siente la calma. Nadie es más ni menos que tu;
tú eres la persona que vas a ser durante el resto de tu vida y no otra. Olvida la muerte, porque sólo será una más entre miles de millones.
Puedes elegir entre ser uno más, o ser el mejor, pero sólo como meta.
No hay persona capaz de conseguir sus sueños. La sociedad te controla eliminando el realismo de tu imaginación, creando un existencialismo absurdo, incoherente con la realidad, que acabará por consumir la imaginación realista que el ser humano posee por naturaleza; no podemos imaginar lo imposible, lo posible es pensable, lo imposible es impensable (de soñar seriamente).

Estamos abocados al fracaso desde que nacemos; desde que la naturaleza nos abandona a nuestra suerte y conseguimos autosuperarnos hasta valernos por nosotros mismos, crear una civilización, evolucionar, socializarnos... y entonces intentamos superar a los demás, y caemos en el círculo vicioso de creernos mejores que nada.

Esta especie no lleva a ninguna parte. Tenemos raciocinio, pero no lo usamos. Nadie nos ha enseñado a hacerlo. Dios nos odia, con toda seguridad, nunca quiso crear a una masa de gente que alimenta su ego con sueños imposibles.

"El autoperfeccionamiento es pura masturbación. La autodestrucción, en cambio..." es el sadomasoquismo emocional, la destrucción del alma y del espíritu, el ser asceta espiritual: no hay necesidad de desear nada material ni inmaterial. La destrucción del deseo de ser más grande que tu ego, es la aceptación de la vida como injusta. Nadie te pide permiso para nacer o para morir.

A cambio te piden permiso para entrar, como si estuviera haciendo algo importante. Sólo estamos perdiendo el tiempo, y eso está bien, pero lo malo es que luego lo encontramos. Lo encontramos viejo, arrugado, no le reconocemos, o no le queremos reconocer. Es el viejo amigo al que dejaste tirado, y la vida hace justicia y te lo planta en la cara, haciéndote ver que no hay ser capaz de evitar la justicia, pues nuestro egoísmo nos lleva a querer arreglar el mundo, pero no desinteresadamente, sino para creernos dioses, para ampliar nuestro ego hasta límites insospechados en el hombre.

Creemos que algo o alguien nos recompensará por ser buenos y puros. Pero nunca ha vuelto nadie de la muerte para decirnos qué es lo que hay después. En cambio muchos humanos vivos han hablado sobre lo que no han vivido nunca, y algunos, sólamente algunos millones les han creído. La vida es suficiente recompensa por no hacer nada. Somos pagafantas, perritos falderos del concepto de Dios que hemos creado sin querer.

1 comentario:

  1. Matizo: "lo posible es pensable, lo imposible es impensable". Hay muchos contraejemplos para esto, pero no lo digo en el sentido aparente. El hombre imagina lo posible y lo imposible, pero sólo piensa lo pensable: sólo imagina seria y verdaderamente lo que es posible. Si, al poner un objeto imaginado en contraste con la razón, deducimos que es posible, entonces es realista, pues tiene el elemento influyente del raciocinio, que sin duda es algo real. Pero si imaginamos y negamos nuestra razón, apoyándonos exclusivamente en la fe, no se identifica "lo imposible con lo impensable". Creemos, pues, ciertamente, que hay algo más allá de lo posible que nace de nuestro pensamiento, pero estas creencias son infundadas: no las podemos asimilar tan fácil y ligeramente como asimilamos las verdades, porque no están fundamentadas; no son verdades.

    Por otro lado, la imaginación es realista en un sentido anémico: la imaginación común, por así decirlo la mínima establecida en un ser humano práctico, se limita a lo real. Me refiero a la imaginación que tenían los primeros hombres, que sin duda estaban más cerca de la naturaleza humana que nosotros, y que examinaban la realidad e imaginaban, a partir de ella, cosas exclusivamente posibles. Y las ideas que tenían estos primitivos, que hoy día calificaríamos de imposibles, como un Dios del Fuego, eran ilógicas, sin el fundamento racional, sin la base lógica de la que hablo. Pero entonces no lo sabían. No sabían que el fuego es un simple proceso químico. Igual que más tarde se siguió pensando que había un Dios, creador del universo. Y ahora aún creemos cosas que, siguiendo esta lógica histórica, serán descalificadas por los humanos futuros. Creo que sabéis a que Cosa me refiero.

    Esta era la aclaración que quería hacer

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