El hombre es, como dice Bergson, el animal que ríe. También le otorgaría este significado de forma más puntillosa -aunque malsonante- decir el animal "riente" en analogía a como decimos que somos el animal "pensante". Y es que risa y pensamiento tienen una unión entretejida con el símbolo. Es necesaria siempre una asociación de ideas y un fallo lógico para hacer reír, para hacer propiamente reír, que no basta con un peo, que sólo provoca la carcajada vacía. Repensamos la asociación de ideas en nuestra mente mientras nos descojonamos, es lo suyo, es el proceso: algo nos hace reír porque tenemos generalmente un concepto de las cosas que queda truncado, o porque se interactúa con nuestro concepto de orden o símbolo. Si no tuviéramos un conocimiento certero sobre las cosas que hay en la vida, el amor o la política, si no hubiera una parte común de nuestra subjetividad, perderíamos la capacidad de reírnos de las cosas, pues toda risa tiene una conexión irrompible con la lógica.
Por eso siempre he creído que los monologuistas españoles tienen una mente filosófica, que me atrae, vamos, que son los genios de España. Ignatius, Dani Rovira, Enrique San Francisco... el monólogo es una reflexión, como la filosofía, que se hace en soledad, y poniendo - ahí a toda la persona y su pensamiento, sobre él mismo, la sociedad y, en muchas ocasiones, el cosmos, exponiéndose al mundo... ¿Cuántos monólogos empiezan tocando temas de política, sociedad, economía -sobre todo hoy- o incluso, a veces, reflexiones sobre la vida, el amor o el universo? No hablemos ya de Dani Rovira que tiene, entre otras joyas de humor absurdo e inteligentes juegos de palabras, un monólogo en el que incluye una reflexión sobre la crisis económica y la evasión de la misma, que puede llevar a la cobardía, mediante la comedia. Citaré una parte más abajo.
A la reflexión sobre el ser la llamamos metafísica. ¿Por qué algunos piensan sobre esto y otros no, y sin embargo decimos que la filosofía no consiste en un saber vacuo ni es un andar a ciegas? Si fuese tan universal, todos pensaríamos sobre estas cosas, ¿no? Pues no. En la reflexión filosófica o, como nos concierne en este caso, antropológica, se pone a toda el yo en juego. Atreverse a pensar implica firmeza, voluntad y criticismo ante la búsqueda de la verdad. Vamos, seguir pensando -o, como muchos banalizan, seguir dándole vueltas a algo- cuando otros ya han parado de pensar. Y es que pocos se atreven a hablar en público del amor, la belleza o la libertad, mientras vemos cómo triunfan superficialismos, sensacionalismos, noticias sobre gente cuya vida personal no me importa... Porque hay que atreverse a ir más allá de lo que primeramente vemos y oímos para alcanzar algo consistente y realmente interesante.
Vemos, pues, el paralelismo. Monologuistas (gran parte de ellos) y filósofos tienen en común a) la reflexión en profundidad sobre las cosas que nos rodean y b) ese ponerse en juego, exteriorizar una visión atrevida, crítica y poco convencional del mundo que puede hacernos reír y, en el mejor de los casos, pensar.
Y ahora, la risa.
De Dani Rovira me interesan el principio y el final de este monólogo, que se abre con esta parrafada:
"Hay que ver, ¿eh? ¡La gracia que nos ha hecho siempre un peo! ¿eh? Y luego a lo mejor viene aquí gente y se pone a hablar de cosas serias, tío, y dices tú, ¿yo? Yo no he venido aquí al club de la comedia a escuchar de cosas serias pero hay gente que cuenta cosas serias: se ponen a hablar de la crisis, del Ibex - 35, del índice de Jones, de los barriles de Brent, de las cenefas, de las brocas del 15... No, hombre cosas serias no... Hombre tampoco el otro extremo, no? Hay gente que se levanta por la mañana y escribe en el facebook: ¡Hoy hace un día radiante! ¡Voy a salir a la calle a regalar abrazos de luz!... [Cara de circunstancia] ¡Loocaaa!"
Y terminando el monólogo, hablando de que las madres te limpiaban el culete cuando te lo hacías encima:
"¿Cuántas veces nos hemos hecho mierda encima de mayor y nos hemos tenido que limpiar nosotros solit... [Se interrumpe y mira al público indignado por su risa]. Os hace gracia esto, ¿verdad? Claro, porque esto, los peos, esto hace gracia. Lo que no hace gracia son las cosas serias. La crisis, eso no, eso no hace gracia [mantiene el semblante serio y cansado]. Así que yo voy a seguir con lo de antes. Muy buenas noches y muchísimas gracias".
"Repensamos la asociación de ideas en nuestra mente mientras nos descojonamos."
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