jueves, 27 de enero de 2011

Amigdalitis flemonosa

Estaba en el hospital pasando esta curiosa enfermedad la noche de Halloween, y me apetecía escribir pero no estaba inspirado. El delirio me llevó a empezar a escribir frases sueltas que se me pasaban por la mente, cuando me quedaba en blanco o no se me ocurría ninguna idea. Luego rellené los huecos entre estas palabras o frases, y así quedó:

Buscamos decir algo que... nos llene. Algo que nos ponga los pelos de punta, buscamos un equilibrio perfecto entre la poesía y la verdad. Porque lo racional es algo inmensurable, es jodidamente grande. Porque al entender una pequeña porción de la gran teoría, respiras hondo, abres tu mente, lo sientes, claro que sí, ahora más que nunca, la verdad te invade, las palabras salen solas, todo tiene sentido, y en el mismo instante en que la posees, se te escapa entre los dedos, porque es inmensa, celestial, inabarcable. Cuanto más creas que te acercas a la verdad, menos sabes. No conocerás nada nuevo, no conoces un número x de verdades, el conocimiento no funciona así; simplemente piensas, y vas dejando atrás cosas que ves pasar fugazmente ante tus ojos, las tocas, vuelves a suspirar, es mágico. Como para no volverse loco, en esta vida en la que nadie tiene lo que merece, en la que el objetivo de todo el mundo es siempre blanco o negro, a cada cual más estúpido. Personas que se creen, no sé, la verdad, ahora voy de "viva la mediocridad, somos nadie, moriremos así, pero quiero ser a la vez alguien, ser recordado, si no es por lo que hice bien, será por las enormes atrocidades que cometí, el día del juicio final estaba ocupado, estaba depre porque tengo un problema, no soy feliz, y nado, nado, nado en mi mierda hasta que me sepa a almíbar, porque es demasiado duro salir de ella y seguir adelante. Porque todo lo bello que fabriquemos en la vida no va a salir de una chistera, pero podemos amar lo bello, siempre, sólo unos pocos afortunados saben cual es la verdad. Te acabas aburriendo de todo, ningún subidón merece la pena si al final todo se equilibra de nuevo. Vuelves a la realidad, te miras al espejo, a los ojos, melancohólico, ¿quién soy?¿y ahora qué? la vida es demasiado dura para pensarla, voy a dormir, y cuando me despierte, dormiré despierto. Alabemos lo irracional, viva la relativización de todo, envidiemos al mundo, envidiemos a la gente honorable y verdadera, tanto que lleguemos a odiarla. Apedreemos la verdad, porque no podemos tenerla. Porque no aceptamos nuestras limitaciones. Crecimos con ideales y una educación que nos hizo creer que seríamos algo, alguien. Y cuando comenzamos a crecer, nos encontramos rodeados de nihilismo. Todo es mentira. Todo. No llegaremos a poseer la verdad, luego la única solución es mentir, adorar lo arracional, e interponernos en el camino de todo aquel que intente lo contrario. Busquemos la práctica por la práctica. Habladuriemos, el caso es morir habiendo dejado algo detrás. Y como no dejamos nada detrás por nosotros mismos, procreamos. Todo es egoísmo. Todo. Yo no he sido nadie, pero haré que mi hijo triunfe, y así yo triunfaré, porque yo le di la vida. Mi hijo luego, probablemente, será igual de egoísta que yo, y como fracasará, tendrá otro hijo. Porque solo los valientes mueren sin dejar rastro en la faz de la tierra. Porque la verdad no necesita hijos, no necesita vástagos, es pura, bella y racional, es ella en sí misma, flamante luz que ciega a los que no quieren verla. Solo los que se acercan más a la verdad, saben que perpetuar esta especie, que no consigue nada de lo que quiere, que nunca llega a ser feliz del todo, ni consigue saber toda la verdad, ni llega a ser perfecto, ni siquiera mediocre, es vacuo objetivo. Apenas se acordarán de mí, somos demasiada gente en esta tierra, y es un problema. Solo los más sabios dicen no serlo, ni ser perfectos, ni siquiera puedo afirmar que sea humano, y dime, ¿qué es el ser humano?


Todo, absolutamente todo lo que ves es mentira. Ladrillo a ladrillo, paso a paso, hemos construido una gran mentira: el mundo. La teoría puede ser verdadera o falsa, la práctica ha de ser buena o mala, moral o inmoral. No hay una práctica verdadera. Solo son falsedades; y por eso la gente la ama. Es tan sencillo; funciona o no... ¿qué fue antes, el huevo o la gallina? Me da igual; ¿son buenos los huevos?

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